Querida Comunidad de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima:
Ante todo, les invito a elevar nuestra mirada al Señor que ha estado grande con nosotros, inspirando, iluminando, sosteniendo esfuerzos y fatigas y nos hizo amanecer el día 14 de marzo con el gozo de poder compartir la alegre noticia del Licenciamiento Institucional de nuestra querida Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. «¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!» (Sal 125, 3).
Hace casi once meses recibí el encargo eclesial de la Congregación para la Educación Católica, a través de nuestro Arzobispo y Gran Canciller, de rescatar y reconstituir la Facultad, como siempre la hemos llamado con gran cariño. Una de las metas inmediatas y necesarias fue el Licenciamiento. Ha sido un trabajo arduo y complejo, exigente y en ocasiones casi extenuante, pero que se afrontó pensando en el esfuerzo de todos aquellos que nos precedieron y de aquellos a quienes ahora servimos y muchos más que podrán ser beneficiados por el esfuerzo de esta casa de estudios, cuna de los estudios superiores en el Perú y pionera de los estudios teológicos en América.
¡Licenciada por SUNEDU! Es un logro y una exigencia. El Licenciamiento ha sido un punto de llegada y es también un punto de partida para vivir en una cultura de calidad creciente, orientada a la investigación y enseñanza de la Teología (siguiendo la herencia que se inició en el siglo XVI) y de la Educación (desde inicios del siglo XX).
Si bien con el paso de los años se añadieron otras disciplinas, se vio necesario optar –no sin dolor– por lo que puede ayudar a mantener una presencia más viva y eficaz al servicio de la Iglesia y la Nación.
Les invito al compromiso de seguir creciendo en calidad, para la mayor gloria de Dios y un mejor servicio de los hermanos, creciendo así todos en fidelidad a nuestra razón de ser.
El gozo por el Licenciamiento lo vivimos en medio de una situación excepcional en nuestra Nación, que ha dado lugar al Decreto Supremo N° 044-2020-PCM del 15 de marzo de 2020, que ha declarado el Estado de Emergencia Nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de la Nación a consecuencia del brote del COVID-19.
Como ciudadanos creyentes, el respeto a la vida y toda promoción del bienestar integral de las personas nos compromete. Por eso acatamos este Estado de Emergencia, se suspende todo tipo de labor en nuestra Sede Institucional (clases, exámenes, uso de biblioteca, trámites administrativos), pero continuamos el semestre académico 2020-I que iniciamos el lunes 09 de marzo.
En los próximos días nos comunicaremos con nuestros alumnos para que puedan revisar los materiales que los profesores prepararán y enviarán de modo virtual. A los profesores les pedimos el esfuerzo ya sugerido de ofrecer material que permita avanzar con la programación del Semestre.
Esperamos que el 30 de marzo podamos reencontrarnos y continuar de modo habitual nuestras labores. En todo caso, estamos atentos a lo que las autoridades de la Nación dispongan.
Acompañemos este momento con nuestra oración de intercesión por los afectados con el COVID-19 en las diversas partes del orbe, por sus familias, por quienes atienden profesionalmente con esfuerzo y dedicación a los afectados, por las autoridades de los diversos países para que sepan adoptar las medidas más pertinentes que permitan evitar pérdida de vidas humanas.
Pueblo Libre, 16 de marzo de 2020
Rector pro tempore