“…el ciudadano es el hombre de la masa que ha adquirido un cargo dentro del sistema burocrático y tecnócrata y que organizará todo con la suficiente frialdad de tratar a los demás como “cosas”. Más aún si son “cosas pensantes”. Así el burócrata nazi “que sólo sigue la ley del Estado”; y el burócrata ruso comunista “que sólo sigue órdenes”, reaparecen en el gerente técnico de las sociedades contemporáneas. Incluso como médicos, bomberos o psicoanalistas. O, en su peor título: “Ingeniero de recursos humanos”. En esta visión tan barbárica de la sociedad contemporánea, ubicándonos en medio de la tormenta, es que nos preguntamos si habrá alguna forma de salvación. Si existe un espacio para recuperar el Yo alienado o construir nuestra identidad sin someternos al colectivismo de la individualidad tecnocrática. Allí donde el científico funge de administrador social (o de relacionista público), tratándonos como meros instrumentos”. (Extraído del texto)