¿Por qué enredarse con un tema como la Teología del Cuerpo, si a simple vista son conceptos irremediablemente distantes? La Teología es el estudio de Dios y el cuerpo es la materia de la que se compone una persona. ¿Qué tiene que ver una con la otra? ¿Podríamos llegar a conocer a Dios sencillamente a través del cuerpo? Para responder a esta y otras interrogantes comunes entre los jóvenes de hoy, que viven en un mundo cada vez más complicado por las teorías, pensamientos e ideologías devastadoras de la dignidad humana, estuvo en la Universidad Católica San José, la conferencista internacional Marcela Palos, de nacionalidad mexicana, enfocada en promover valores familiares y el matrimonio.
Marcela transmite mensajes para jóvenes, especialmente sobre educación para la afectividad y la sexualidad, de igual manera habla a padres de familia sobre la importancia de ejercer su autoridad en la educación de los hijos, buscando el bien de los mismos. Promueve la vida como valor fundamental.
Así, en la conferencia del 6 de marzo, titulada «Teología del cuerpo: persona y sexualidad», habló de la unidad indisoluble que constituyen el cuerpo y el alma. Así, basándose en el pensamiento de San Juan Pablo II, hizo hincapié en que el cuerpo es sacramento; es decir, un signo visible de una realidad invisible. «Esa realidad invisible no es otra cosa que el alma. A través del cuerpo (gestos, acciones, formas de vestir y de comportarse) se puede entonces “ver” el alma de alguien», expresó.
La conferencia «Teología del cuerpo: persona y sexualidad» se llevó a cabo gracias a un esfuerzo en conjunto del Instituto de Familia (IFA) de la Universidad Católica San José y la Comisión Episcopal de Familia y Vida.